Conflictos con mascotas de convivencia

Llevo 16 años ejerciendo la labor de veterinario de animales de compañía y en todo este tiempo he sido testigo de infinidad de conflictos que han surgido entre personas, motivados precisamente por las mascotas. Ya sea por peleas o agresiones entre perros y/o gatos, ladridos o maullidos nocturnos, eliminación inapropiada, etc. es muy frecuente que aparezcan enfrentamientos entre vecinos o transeúntes que se han sentido perjudicados por la acción de un animal de compañía.

Como en todas las facetas de la vida, existen un montón de reglamentaciones y leyes sobre la tenencia de animales de compañía, de hecho ya han aparecido en este periódico algunos artículos al respecto; sin embargo el comportamiento de nuestras mascotas está regido en su mayor parte por instintos y carecen de la racionalidad de la que deberían hacer gala sus propietarios, para intentar minimizar en la medida de lo posible las molestias ocasionadas por sus mascotas.

Así, algunas de las recomendaciones prácticas para evitar problemas con nuestras mascotas serían:

  1. Evitar que los perros estén sueltos en espacios donde haya más animales o personas (parques, paseos, etc).
  2. No permita que sus hijos acaricien o jueguen con perros o gatos desconocidos.
  3. Si su perro ha tenido algún episodio de agresividad frente a animales o personas, sáquelo a la calle provisto de bozal.
  4. Si su perro se ha peleado anteriormente con el de algún vecino, evite encontrarse con él. Lleguen a un acuerdo para hacer rutas distintas o sacarlos a horas diferentes.
  5. Si su perro ladra constantemente, cuando se queda solo o frente a cualquier estímulo externo, especialmente por las noches, pida consejo a un profesional.
  6. Si su perra está en celo extreme las medidas para evitar que se escape de casa y sáquela siempre con correa a la calle.

En resumen, tenga sentido común y sea responsable. En mi opinión la forma en que se tiene una mascota es una prolongación de la personalidad del propietario. Así alguien que no tiene educación al volante de su vehículo, ni se comporta con cortesía y respeto con los demás tampoco lo hará de forma responsable con su animal de compañía. El otro día asistí como un perro que circulaba suelto se abalanzaba sobre un Yorkshire que estaba atado a una silleta con un bebe, en el tumulto rodaron por el suelo el bebé y la abuela que lo llevaba, nadie resultó dañado aunque fue algo desagradable y que se podía haber evitado si el perro agresor hubiera ido atado. Lo grave del hecho fue que el dueño del animal que provocó el incidente en vez de ir a socorrer al niño y la señora y pedir disculpas eludió su responsabilidad y se marchó sin más del lugar.

No se pueden imaginar la cantidad de incidentes de este tipo de los que he sido testigo por mi profesión. «Tu perro ha violado a mi perra», «Eso es la tuya, que lo ha provocado, la muy pu..». Por favor, comportémonos con la racionalidad de la que carecen nuestras mascotas. Vivir en comunidad no es tan difícil con un poco de respeto, sensatez y educación.

Abandonaperros

Cuando alguien decide adoptar o comprar a un animal de compañía, debería ser un acto meditado y no producto de un impulso irreflexivo. El introducir un animal en nuestras vidas tiene una serie de implicaciones que en muchos casos no se valoran adecuadamente y tienen como resultado el mantenimiento de animales de compañía en pésimas condiciones o su abandono.

Ninguna de estas dos opciones son tolerables. Si usted no puede tener un perro por razones de espacio, tiempo u otras motivaciones, lo mejor, sin duda, es que no lo tenga. En este mismo sentido, está la reticencia de muchas personas en esterilizar a sus gatas o perras a sabiendas que por el estilo de vida que llevan tienen altas probabilidades de tener embarazos no deseados.

La consecuencia final es el abandono de los animales. Estos abandonos se producen sin más dejándolos en lugares alejados de sus domicilios habituales , para evitar su vuelta a casa o en ocasiones amarrándolos con nocturnidad y alevosía a las puertas de las clínicas veterinarias . Este hecho, no es aislado y es frecuente encontrar animales en la puerta de nuestro establecimiento, sin que nadie se haya dirigido a nosotros , ni comentado nada al respecto.

El abandono de un animal es la consecuencia final de una adopción hecha sin pensar y demuestra poca educación y nulo sentido común por parte de la persona que comete semejante acto. Puedo entender que alguien deba prescindir de su mascota por determinadas circunstancias personales. En ese caso lo que se debe hacer es dependiendo de las características del animal y con el tiempo suficiente intentar buscarle otro dueño entre el entorno del propietario, hablando con los veterinarios más próximos o dirigiéndose a los albergues de la zona. Si se planifica con tiempo, lo normal es poder realojar al animal.

No entiendo a las personas que simplemente nos dejan camadas de cachorros o perros atados a la puerta , sin más, sin hablar previamente con nosotros o comentarnos sus circunstancias y las del animal. En otras ocasiones hay personas que están convencidas que estamos en la obligación de quedarnos con sus perros , cuando ellos han decidido no tenerlos más. «- Oiga, que vengo a dejarle mi perro ( un mastín de 70 Kg), porque mañana me vuelvo para Ecija» . ¿ Es un viaje repentino?. No lo sabía desde hace cuatro meses, aquí le dejo el perro..Esto que parece un chiste es una historia real que se repite con mucha frecuencia. El otro día en nuestra consulta de Camposol, apareció una señora británica con una gatito recién nacido, y le dijo a los clientes que estaban en la sala de espera « esto para el veterinario» y salió literalmente corriendo. Estoy convencido que lo hizo con la intención de salvar al gatito, pero parece que tendría sentido antes hablar con el veterinario y no « salir corriendo».

Los albergues de la zona hacen cuanto pueden, pero a veces tiene que soportar críticas por no acoger a todos los animales que les llevan o les dejan abandonados en las puertas de sus locales.

Los veterinarios tenemos la obligación por ética de darle nuestros servicios a todos los animales que necesiten de una atención médica por motivo de salud, pero no de acoger en nuestro seno a todos los animales que sus dueños decidan abandonar, de igual forma los albergues no pueden acoger más animales que los que permitan sus instalaciones y de la disponibilidad de cuidadores.

Si se recurre a los mecanismos adecuados, veterinarios y albergues de zona y al Ayuntamiento ( existe un servicio de recogida de animales ), con la debida previsión de tiempo, se pueden evitar las situaciones de abandono de animales que aparte de ser consideradas como delito ( aunque casi nunca se imponen sanciones por este motivo), no son tolerables en una sociedad moderna y civilizada como la nuestra.

Bichos

Al llegar estas fechas comprobamos con horror que nuestros perros y gatos albergan unos inquilinos poco deseados que son los parásitos externos.

Ya hemos hablado en artículos anteriores, de forma pormenorizada de los ciclos vitales y de los riesgos que conllevan las infestaciones por pulgas y garrapatas, de forma que hoy sólo vamos a dar algunos consejos prácticos para evitar su presencia sobre nuestras mascotas.

De forma general tenemos que tener presente que algunos animales tienen más predisposición que otros a sufrir el ataque de estos parásitos. Por otro lado es muy importante el entorno donde vivan, siendo mucho mayor el problema en animales que están en ambientes rurales que aquellos que vivan en la ciudad .

En la actualidad, contamos con un buen número de excelentes antiparasitarios, que actúan a diferentes niveles del ciclo de vida del parásito (huevos, larva y adulto), así como distintas presentaciones de los mismos (pulverizadores, sprays, pipetas, champúes, polvos, pastillas, collares o inyecciones), siendo en muchas ocasiones necesaria la utilización combinada de varios de estos productos para mantener a nuestra mascota

libre de « bichos».

Como recomendación general, y sin querer hacer publicidad de ninguna marca en concreto, les diría que desconfíen de los collares antiparasitarios que tengan un precio inferior a 10-12 euros. Es cierto que existen excelentes collares antiparasitarios en el mercado, a precios que oscilan siempre entre los 14 y 20 euros, pero éstos usados como único medio de protección darán buen resultado en perros y gatos que vivan en pisos y se muevan tan sólo en ambientes urbanos con poca vegetación. Si nuestra mascota vive, como la mayoría de los de esta zona , en una vivienda con jardín y sale con frecuencia a dar paseos por el campo, necesitará también de la protección de algún otro agente antiparasitario. En este sentido, los veterinarios solemos recomendar los collares antiparasitarios junto con algunas de las pipetas de aplicación tópica, que se aplican con una periodicidad mensual. Algunas de estas pipetas no se pueden aplicar en gatos dada su alta toxicidad para los felinos, además son caras, aunque efectivas, teniendo precios que oscilan entre los 18 y los 48 euros.

Nunca debemos olvidar tampoco el tratamiento del entorno, especialmente en aquellos animales que viven confinados en superficies pequeñas con tierra y vegetación de las que prácticamente no salen nunca. En estos casos es preciso usar productos que maten tanto al parásito adulto, como sus formas larvarias.

Por otro lado hemos de tener en cuenta si nuestro animal es alérgico a la saliva de pulga (una de las alergias más frecuentes en mascotas) es recomendable emplear unas pastillas que evitan la reproducción de las mismas al impedir la eclosión de los huevos, así como algunos productos adulticidas muy específicos para el control de pulgas.

Los parásitos no sólo son molestos para los animales por el picor y la irritación que producen, sino tal como hemos visto en artículos anteriores pueden transmitir un buen número de enfermedades a nuestros perros y gatos. Además como hemos visto, dependiendo del animal, su hábitat y sus características particulares se necesitarán productos específicos, que sólo pueden ser recomendados por un profesional. Consulte a su veterinario, pues es el que mejor le podrá asesorar sobre este y cualquier otro aspecto de su animal de compañía.

Cuidados de los cachorros recién nacidos

Aunque la naturaleza es sabia y la mayoría de las veces la propia madre dispensa a sus cachorros todos los cuidados que necesitan, es muy importante, en la medida de lo posible, la vigilancia del parto y de los primeros días de lactancia, para evitar problemas y ayudar a la perra con su prole.

Como ya explicamos en un artículo anterior, el tiempo de expulsión entre cachorritos debe oscilar entre veinte minutos y tres horas (tiempo que puede verse superado en perras primerizas). Al nacer, se rompe el cordón umbilical por donde penetraba el oxígeno al feto mientras estaba en el seno materno y debe empezar a respirar por sí mismo. Es por eso que la madre limpia concienzudamente de membranas y fluidos al neonato para despejar las vías aéreas y estimular la función respiratoria. Si el cachorro no respirara, hemos de actuar rápidamente y despejar lo más eficientemente que podamos la boca y nariz, para lo cual se puede emplear un jeringuilla para succionar líquidos, y después insuflaremos aire en su boca dos o tres veces, a la vez que apretamos con delicadeza el tórax y realizamos un masaje sobre su pecho. Estas maniobras suelen ser efectivas en muchos casos, salvo cuando el animal lleve demasiado tiempo sin respirar o tenga graves alteraciones. Obviamente cuando asistimos a partos en la clínica, tenemos a nuestra disposición, aspiradores, medicinas para estimular la función respiratoria del cachorro, así como fuentes de oxígeno.

 

Una vez seguros de que están vivos, los secaremos con una toallita y los pasaremos a un lugar caliente, que permanezca a 25-30°C ya que no pueden regular su temperatura como los adultos, lo que se conseguirá mediante calefacción, suelos térmicos, lámparas infrarrojas o bolsas de agua caliente. El nido ha de mantenerse limpio, ya que especialmente en los primeros días los cachorros defecarán y orinarán sobre el lecho, y si no se limpia puede ser origen de infecciones umbilicales o cutáneas, que pueden llegar a ser mortales.

Es fundamental asegurarse que toda la camada tiene acceso al calostro que es una leche especial que segrega la perra en las 48 horas siguientes al parto, ya que servirá para evitar muchas infecciones hasta los tres meses de vida, tiempo en el que desaparecen los anticuerpos calostrales de la sangre de los cachorros.

Por otro lado, hemos de ver que en el transcurso de la lactación todos los cachorros están bien alimentados. De esta forma, si la camada es muy numerosa, la perra no tuviera leche suficiente u observáramos que parte de los cachorros gimotean con frecuencia, debemos recurrir a ayudarlos con leches maternizadas, fáciles de conseguir en cualquier tienda especializada. De todas formas, en muchas ocasiones a pesar de que las atenciones recibidas son correctas es habitual perder parte de las camadas, especialmente las que son consecuencias de partos muy largos o con gran número de cachorros, teniendo presente que las razas miniatura son especialmente sensibles a la hipotermia y a la hipoglucemia por lo que hay que tener especial cuidado con las condiciones ambientales y con el número de tomas de leche de cada cachorro.

Pseudo-gestación

La pseudogestación, también denominada pseudolactación o embarazo psicológico es un fenómeno que ocurre con frecuencia en perras entre los dos o tres meses después de la ovulación. La causa es por un descenso en los niveles de progesterona de la sangre que a su vez ocasiona un aumento de la secreción de una hormona denominada prolactina que es la responsable directa de todos los síntomas asociados con este cuadro.

La pseudogestación se caracteriza por un aumento del volumen de las glándulas mamarias, que pueden producir, en algunos casos, un líquido de aspecto acuoso, sanguinolento o parecido a la leche. Además la perra muestra frecuentemente cambios comportamentales que incluyen anorexia, conducta de nidificación, disminución de la actividad, irritabilidad y «adopción» de objetos.

No debemos considerar este cuadro como una alteración de la consulta pues se trata de un fenómeno normal descrito no solo en la perra doméstica sino también en otras especies de carnívoros sociales. En varias de estas especies, la pseudogestación permite que todas las hembras del grupo participen de la crianza de los cachorros.

Teniendo en cuenta que los individuos de un mismo grupo están normalmente emparentados, se ha sugerido que este fenómeno podría haberse mantenido mediante un proceso de selección por parentesco.

La pseudogestación desaparece normalmente por sí sola al cabo de unos días ya menudo, no requiere tratamiento. Sin embargo, si los cambios de conducta son muy molestos para el propietario o el aumento del volumen de las glándulas mamarias resulta muy incómodo para la perra, pueden administrarse fármacos inhibidores de la síntesis de la prolactina, aunque la solución definitiva y la que aconsejamos la mayor parte de los veterinarios es la esterilización. Contrariamente a lo que mucha gente piensa que la perra quede gestante y tenga una lactación natural, no previene la aparición de este fenómeno en la siguiente ovulación.

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