Perros abandonados

Es habitual que muchas personas acudan a las clínicas veterinarias al encontrarse perros o gatos que han sido abandonados o se encuentran extraviados en las calles. Lo primero que hacemos frente a esta situación es comprobar si el animal está identificado, de forma que podamos ponernos en contacto con su dueño, lo que ocurre frecuentemente, pero en otras ocasiones nos encontramos con animales que no tienen ningún tipo de identificación por lo que no sabemos nada sobre su procedencia y además a veces con patologías que requieren de asistencia veterinaria. Por otro lado, la persona que nos trae el animal casi siempre piensa que por el hecho de ser veterinarios tenemos la «obligación» de adoptar a todos los animales desvalidos del mundo. En nuestro caso, solemos quedarnos y prestarles atención « gratuita» a aquellos animales que aún no estando identificados, por la gravedad de su situación así lo requieran. Encontrándonos siempre con la patata caliente de qué hacer después de que el animal se haya recuperado. Los albergues de la zona están saturados y no existe una perrera municipal ¿Qué hacer? Casi siempre intentamos a través de anuncios o comunicándoselo a los clientes buscarle un dueño responsable y muchas veces se nos ha dado la circunstancia, que no tenemos sitio para hospitalizar algún animal porque su plaza está ocupada por alguno de éstos «sin dueño».

El coger sólo animales enfermos, con riesgo vital es un hecho que nos vemos obligados por ética profesional. Sin embargo, muchas personas no entienden que una clínica veterinaria no es un centro de acogida o una ONG, sino un negocio de los que estamos viviendo unas cuantas familias y que no podemos acoger a cualquier animal que vague por la vía pública. Sin embargo, a pesar de todo cometemos el error de quedarnos muchas veces con estos animales sanos, a la espera que alguien venga a reclamarlos. Sin ir más lejos, hace unas tres semanas, nos avisaron de un perro que había sufrido un atropello en la playa del Alamillo, al que recogimos y mantuvimos durante 10 días en nuestra clínica, sin que nadie lo reclamara. Albergamos una camada de gatitos abandonados en un contenedor de basuras hasta encontrarles dueño. De igual forma tuvimos a un caniche completamente sano durante 19 días a la espera que alguien lo reclamara. El animal aún siendo muy tranquilo, no toleraba estar encerrado en la jaula, lo que nos obligaba a sedarlo por las noches. Al resultar la situación insostenible, decidimos soltarlo en el mismo lugar donde se lo habían encontrado los clientes que nos lo trajeron.

En mi opinión, la presencia de un animal suelto que vaga por las calles es un problema y una responsabilidad, primero de su propietario puesto que su obligación es cuidar de su animal, tenerlo debidamente identificado con su chip y en segundo lugar del Ayuntamiento.

Av. Costa Cálida Nº 31 - CP 30860 Puerto de Mazarrón (Murcia)