Tribulaciones de un veterinario de urgencias II

Tras muchos años de estar atendiendo urgencias, junto a mis compañeras hemos visto casos y situaciones de todo tipo.

Los traumas son unas de las situaciones para que más se requieren los servicios de urgencia, atropellos, caídas, cortes y peleas son las principales causas de fracturas y laceraciones que necesitan atención urgente.

La presencia de cuerpos extraños en diferentes partes del cuerpo del animal, ocupan también un buen número de urgencias. Espiguillas en los oídos o espacios interdigitales, anzuelos en boca o en cualquier otra parte del aparato digestivo, huesos, piedras y otros objeto en boca, estómago o intestino. Recuerdo un cachorro que tuvo que ser intervenido por dos veces porque se comía los chupetes de un bebé y en ambas ocasiones acudió al servicio de urgencias con obstrucciones intestinales.

Las reacciones alérgicas frente a picaduras de insecto o a determinados sustancias y alimentos son atendidas con asiduidad, algunas sin demasiada importancia y en otras ocasiones llegan a ser muy graves, presentando riego vital, necesitando de vigilancia intensiva y hospitalización.

Los envenenamientos e intoxicaciones son otras de las causas para las que somos requeridos con más frecuencia. Muchas sustancias de uso cotidiano son responsables de estas intoxicaciones, generalmente por productos usados en agricultura como insecticidas y herbicidas. Productos utilizados para la eliminación de ratas. Medicamentos como el paracetamol (muy tóxico en gatos) y determinados tranquilizantes y ansiolíticos y hasta de drogas. En nuestra clínica hemos atendido perros con signos de intoxicación por hachís, cocaína y hasta en una ocasión de heroína.

Crisis cardiorrespiratorias, generalmente en perros con problemas cardiacos como insuficiencias cardiacas o cardiomiopatías descompensadas. Estos casos presentan, muchas veces, riesgo vital inmediato y hay que tratarlos con máxima urgencia y diligencia.

Urgencias neurológicas son también frecuentes. Síndromes vestibulares, crisis convulsivas y aparición de paresias por hematomas, masas o hernias discales son atendidas generalmente fuera del periodo de consulta ordinaria.

Urgencias oculares como cuerpos extraños, laceraciones, úlceras y glaucomas agudos se presentan con relativa asiduidad.

Urgencias gastrointestinales, como procesos gastroentéricos agudos, peritonitis, obstrucciones o torsiones de estómago son otros de los casos que son atendidos con más frecuencia y que se necesita, como por ejemplo en el caso de las torsiones de estómago o de las peritonitis por perforación de alguna víscera de atención inmediata y de cirugía urgente para intentar solucionar el problema.

Golpes de calor, hipotermias, hipoglucemias, crisis diabéticas o urémicas, obstrucción de vías urinarias bajas en gatos, etc., son también frecuentes atenderlos en el servicio de urgencias.

Generalmente frente a todas estas patologías, el veterinario que tenga el servicio de urgencia esa semana, debe hacerle frente solo, si bien en algunos casos, hemos de juntarnos todo el equipo (a veces también las auxiliares) para intentar salvar la vida a algún animal que necesite de vigilancia intensiva o de alguna cirugía urgente.

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