Luxación rotuliana

La luxación de rótula es un problema que afecta a un gran número de perros especialmente de raza pequeña. La mayoría de las veces se presenta como un problema congénito que se agrava con el transcurso del tiempo, aunque también se presenta en muchas ocasiones como problema adquirido.

Las razas más afectadas son las de pequeño tamaño, especialmente Yorkshires, Carlinos, West Highland White Terrier, Pinschers y Chihuahuas y muchas veces va asociada a otras enfermedades como displasia de cadera o necrosis avascular de la cabeza del fémur.

Esta alteración consiste en que la rotula salta de su espacio natural entre los surcos de los cóndilos del fémur hacia dentro o hacia fuera de la articulación de la rodilla. La mayoría de las veces la luxación se produce hacia la cara interior de la rodilla y de forma excepcional, especialmente en perros grandes hacia la cara exterior de la articulación. Los mecanismos que determinan esta alteración son varios, pero generalmente se produce por una falta de profundidad del espacio intercondilar o por una laxitud del ligamento rotuliano que une la rotula con la cresta tibial donde se inserta.

La luxación de rodilla tiene 4 grados en relación con la capacidad de volver la patela a su sitio y el lugar donde se encuentra.

Los signos clínicos de este problema son bastante sencillos de determinar y muchos de los lectores habrán visto animales con esta sintomatología por la calle. Generalmente estos animales caminan con normalidad y de repente cojean de la pata afectada durante dos o tres pasos y vuelven a apoyar la extremidad. Esto es porque de repente se luxa la rodilla y el animal no apoya esa extremidad. Si los pudiéramos ver a cámara lenta veríamos cómo hacen extensiones del miembro hasta que la patela vuelve a estar en su sitio y retornan la marcha. Cuando la luxación es de grado tres o cuatro y la rótula permanece la mayoría del tiempo fuera de su sitio, la cojera es muy evidente y es de forma permanente.

La solución a este problema es siempre quirúrgica. Aconsejamos operar cualquier luxación aunque sea de grado uno o dos en el momento que aparezca cualquier signo clínico. La operación es relativamente sencilla y ofrece un alto porcentaje de resolución del problema. Ésta es posiblemente una de las cirugías ortopédicas que se realizan con más frecuencia dada la gran cantidad de perros afectados. En nuestra clínica practicamos una media de 3 intervenciones de luxación rotuliana al mes.

La intervención consiste en la transposición la cresta tibial donde se inserta el tendón rotuliano hacia una posición más lateral si la luxación es medial o hacia dentro si la luxación es lateral. El trozo de hueso que quitamos y volvemos a poner en otra posición queda fijado por unas agujas de acero que generalmente no se retiran nunca. En muchas ocasiones, si observamos que el surco intercondilar es plano, lo profundizamos cortando una cuña de hueso.

Sin embargo en muchas ocasiones nos llegan animales con luxaciones de grado 4 en las que se han producido graves alteraciones de los ejes óseos y en las que la corrección quirúrgica es más compleja en cuanto hay que realizar transposiciones musculares y en muchos casos osteotomías del fémur y la tibia. Estas intervenciones tan agresivas y de peor pronóstico se evitarían si los perros fueran operados en estadios iniciales de la enfermedad.

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