Urgencias veterinarias: ¡Hemos pescado al perro!

Vamos dando un paseo por la playa con nuestro perro y, de repente, descubrimos que un trozo de nylon de pescar asoma por su boca. Horrorizados con la posibilidad de que en el extremo del hilo pueda haber uno o varios anzuelos, tiramos del nylon para evitar que se claven en algún lugar de su boca o en su tubo digestivo. De repente, nuestro perrito da un alarido de dolor y observamos una fuerte resistencia del hilo de pescar. Acabamos de clavarle con nuestra mejor intención los anzuelos a nuestra mascota.

Como municipio costero que somos, nuestras playas son frecuentadas por muchos aficionados a la pesca (aunque en honor a la verdad, por pocos peces), los que abandonan en ocasiones irresponsablemente o por olvido parte de los aparejos. En otras ocasiones este accidente se produce cuando los propios dueños del animal son los que están de pesca y tienen los anzuelos « encarnados» y terminan en la boca de su perro en vez de la del besugo.

Sólo debemos intentar quitar los anzuelos cuando estén fuera de la boca del animal y además no tenga clavada la prominencia que llevan en la punta para evitar que se escape el pez. Por supuesto y tal como hemos explicado jamás hemos de tirar del nylon y tampoco debemos cortarlo puesto que nos sirve de ayuda a los veterinarios para proceder a su extracción.

En muchas ocasiones, los anzuelos son deglutidos, pasan por todo el tubo digestivo y finalmente son expulsados por las heces sin más. Recuerdo un teckel de unos lO Kg, que llegó a la clínica con un nylon asomando por su boca. Tras tranquilizarlo observamos que el hilo se introducía por el esófago y al hacer las radiografías vimos que tenia alojado en el estómago lo que aquí denominamos una potera, que es un utensilio compuesto por varios anzuelos vueltos hacía afuera unidos entre sí por un gran plomo. Visto el tamaño del animal y de la potera y ante la posibilidad de que quedara prendida del píloro o en el intestino le propuse a los dueños intervenir de inmediato al animal. Sin embargo los dueños rehusaron la cirugía, así que le dimos al animal una dieta a base de puré de patatas y protectores de mucosa. A los tres días, los propietarios aparecieron con el perro y la enorme potera que había sido evacuada de forma natural y sin demasiada dificultad.

En realidad cuando los anzuelos se alojan en la cavidad oral o en cualquiera de los órganos del abdomen, pueden ser extraídos sin demasiada dificultad. De igual forma ocurre cuando se alojan en la porción del esófago que transcurre por el cuello. Sin embargo pueden ser peligrosos cuando se alojan en la porción torácica del esófago. En nuestro caso solemos derivar estos animales a hospitales veterinarios con servicio de endoscopia. Sin embargo en muchas ocasiones no pueden ser desalojados y se necesita de una cirugía torácica para proceder a su extracción.

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