Modas peligrosas

 

Desde hace unos años se han  popularizado los perros de razas braquicéfalas como los Bulldog inglés y francés o los Carlinos.

La línea de selección llevada por los criadores en las últimas décadas ha ido encaminada a crear animales braquicéfalos extremos y en el caso del bulldog inglés muy estrechos de pelvis y muy anchos de pecho. La consecuencia de buscar rasgos morfológicos  exagerados ha sido la aparición de  animales con serios problemas de salud desde su nacimiento.

Tradicionalmente se había descrito una triada de alteraciones en las vías aéreas altas de estos animales consistente en una estenosis de los orificios nasales, elongación del paladar blando y eversión de los sáculos laringeos, sin embargo se sabe que hay más alteraciones anatómicas y funcionales como son la obturación pronunciada del vestíbulo nasal y estenosis intranasal por la hipertrofia relativa de los cornetes , así como un estrechamiento extremo de la nasofaringe por el exceso de tejido circundante. Todo esto provoca una mayor posibilidad de colapso de las vías respiratorias altas.

La pequeña  cavidad nasal ya no es capaz de cumplir sus funciones naturales, que dependen de que el aire pueda fluir a través de la nariz con la mayor libertad posible. Para un perro la reducción drástica de la respiración nasal significa que pierde su principal órgano termorregulador y ya no es capaz de evacuar calor corporal de manera suficiente en caso de esfuerzo físico, excitación o  incluso a temperaturas ambientales cálidas. Esto hace que aumente la temperatura corporal interna pudiendo provocar colapso y  muerte.  Ésta es la razón por la que los animales braquicéfalos sean particularmente termosensibles, jadeen en vano e incluso a temperatura ambiente y sin esfuerzo físico , puedan necesitar varias horas para recuperase tras un ejercicio breve.

Ha llegado la hora de reflexionar sobre la cría selectiva en los rasgos exagerados de animales braquicéfalos. El síndrome del braquicéfalo es una enfermedad creada por el hombre. Los veterinarios como expertos en la salud y el bienestar de los animales deberíamos desempeñar un papel más activo en el debate de estos problemas de interés público. Los clubes de criadores y asesores científicos tienen como reto y deber rescatar estas razas. A pesar de unos primeros esfuerzos, se deberían revisar los patrones de selección en función de la salud del animal , más que de su aspecto. Un poco más de nariz no estropeará de forma alguna el exclusivo carácter de estos perros.

 

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