Víctimas del asfalto

En España mueren atropellados más de 30 millones de vertebrados, según datos de la Sociedad para la Conservación de los Vertebrados (SCV), publicados en la revista Tráfico. Los hábitos de los animales influyen mucho: unos se asustan y permanecen quietos al ver un vehículo, otros buscan comida (cadáveres de animales) en las orillas de la carretera. Además, la trayectoria de un animal asustado o herido es imprevisible.

Los animales domésticos (perros, gatos, ovejas y, en menor medida, vacas yequidos), se ven implicados en el 64 % de los accidentes, mientras que el 36% está provocado por fauna silvestre, especialmente por jabalís, ciervos y corzos. La mayoría de los accidentes se producen durante las horas de escasa luminosidad y se percibe un marcado incremento los fines de semana. Gran parte de estas víctimas del asfalto son anfibios, especialmente sapos y ranas, sobre todo entre los meses de marzo y abril. Cuatro millones corresponden a reptiles, siendo la culebra bastarda la más perjudicada, especialmente entre junio y agosto. Se calcula que son 12 millones las aves muertas en nuestras carreteras todos los años sobre todo gorriones, pero también muchas rapaces que tienen por costumbre cazar en las orillas de las carreteras.

El Reglamento General de Circulación establece que los propietarios de los animales domésticos son responsables de los daños que puedan causar, y el Código Civil lo reitera y añade que será su responsabilidad aunque se le haya escapado o extraviado. En caso en que en el accidente haya habido heridos o muertos se recurre al Código Penal.
En cuanto a las medidas para evitar los accidentes de este tipo, Fomento indica que se han tomado ya algunas medidas como desforestar los márgenes de la carretera que dificulta la visualización de animales, instalar barreras de olor impregnada de una sustancia con efecto disuasorio para muchos animales, y colocar elementos reflectantes a los lados de la carretera o vallas de caña.

Además la Plataforma de Seguridad Vial y Biodiversidad propone una serie de medidas que pueden resultar muy efectivas: identificación obligatoria para todos los animales, y esterilización para los no reproductores, recogida del animal en la calzada por personal especializado, adaptación de estructuras viarias, albergues de acogida y atención sanitaria, y reciclado social de animales para ayuda de personas discapacitadas.

Éste no es un problema menor, personalmente conozco a cuatro personas que han tenido accidentes de diversa gravedad con animales (tres con perros y una con un jabalí). Además del grave peligro que representa para la circulación de vehículos, supone una auténtica tragedia que se repite todos los años en nuestras carreteras y que afecta tanto a animales domésticos como a algunas especies en peligro de extinción.

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