Identificación canina y política

En los últimos dos años estamos asistiendo a un proceso, iniciado por catalanes y vascos, de reforma de los Estatutos de Autonomía de las diferentes Comunidades Autónomas que conforman España. De hecho, para algunos se ha abierto un periodo en el que se cuestiona el propio modelo de Estado y se propugna desde la independencia absoluta de alguno de estos territorios o ser estados asociados a España a alternativas peregrinas como ser naciones dentro de otra nación o realidades nacionales.

Sin lugar a duda la filosofía de descentralizar el poder y dar competencias a las distintas Comunidades Autónomas en diferentes materias es buena. Sin embargo existen tres Comunidades que quizás parapetándose en el “hecho diferencial” de tener lengua propia y en interpretaciones sectarias de la historia, han iniciado con diferente éxito una reforma de sus Estatutos que ha provocado un efecto cascada del resto de los territorios.

Sin querer entrar en cuestiones ideológicas, creo que este proceso al que estamos asistiendo es peligroso, en primer lugar porque nos hace más distintos y provoca que tengamos diferentes derechos y deberes según donde nacemos o residimos, en segundo lugar porque se plantean serios problemas de integración y se crean barreras artificiales entre españoles por no entender en mi opinión de forma adecuada el hecho del bilingüismo, en tercer lugar porque se puede entrar en una espiral de confrontación entre territorios (que ya existe, por ejemplo, en materia de agua) y por último porque nos haga ser menos eficaces y operativos a la hora de resolver problemas que afecten a distintas Comunidades.

Un ejemplo, sin demasiada importancia, pero que ilustra lo que estamos hablando es que cada Comunidad Autónoma desde hace un par de años tiene su propio registro de identificaciones de animales de compañía y que son bases de datos absolutamente independientes unas de otras. Veamos un ejemplo de lo que esto significa. Imaginemos que vienen unos señores de Madrid a pasar un fin de semana a Mazarrón y se pierde su perro, alguien lo encuentra y lo lleva al veterinario, que pasa el lector sobre el animal y comprueba que lleva chip de identificación. Al introducir los datos en la única base de datos que podemos hacerlo que es la de Murcia nos aparece en la pantalla simplemente que este animal “no figura en el SIAMU” y nos remite a las paginas web del resto de las Comunidades Autónomas. El siguiente paso es meter el chip en una base de datos de la Unión Europea denominada europet que con suerte te dirá en que otro país de Europa o Comunidad Autónoma de España está registrado. A continuación hemos de mandar un correo electrónico a la base de datos correspondiente o en su defecto llamar al teléfono de contacto del citado registro y con suerte en dos o tres días o semanas podremos tener el teléfono de contacto de la persona que extravió el perro o no. ¿Tiene esto sentido? ¿Por qué no solo una sola base de datos para toda España? ¿Por qué no una base de datos para casa Municipio o mejor para cada barrio de cada pueblo? ¿Se perdería la identidad de los catalanes o los vascos por compartir una base de datos de perros (que no hablan catalán, por cierto) con murcianos o andaluces? ¿somos más o menos eficaces si existiera una sola base de datos? ¿acaso hay algún problema de tipo técnico para hacerlo?

Yo tengo una contestación clara para estas preguntas, sin embargo seguro que es distinta a la de algunos de nuestros políticos y ¿usted que piensa?

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