Cuidados de los cachorros recién nacidos

Aunque la naturaleza es sabia y la mayoría de las veces la propia madre dispensa a sus cachorros todos los cuidados que necesitan, es muy importante, en la medida de lo posible, la vigilancia del parto y de los primeros días de lactancia, para evitar problemas y ayudar a la perra con su prole.

Como ya explicamos en un artículo anterior, el tiempo de expulsión entre cachorritos debe oscilar entre veinte minutos y tres horas (tiempo que puede verse superado en perras primerizas). Al nacer, se rompe el cordón umbilical por donde penetraba el oxígeno al feto mientras estaba en el seno materno y debe empezar a respirar por sí mismo. Es por eso que la madre limpia concienzudamente de membranas y fluidos al neonato para despejar las vías aéreas y estimular la función respiratoria. Si el cachorro no respirara, hemos de actuar rápidamente y despejar lo más eficientemente que podamos la boca y nariz, para lo cual se puede emplear un jeringuilla para succionar líquidos, y después insuflaremos aire en su boca dos o tres veces, a la vez que apretamos con delicadeza el tórax y realizamos un masaje sobre su pecho. Estas maniobras suelen ser efectivas en muchos casos, salvo cuando el animal lleve demasiado tiempo sin respirar o tenga graves alteraciones. Obviamente cuando asistimos a partos en la clínica, tenemos a nuestra disposición, aspiradores, medicinas para estimular la función respiratoria del cachorro, así como fuentes de oxígeno.

 

Una vez seguros de que están vivos, los secaremos con una toallita y los pasaremos a un lugar caliente, que permanezca a 25-30°C ya que no pueden regular su temperatura como los adultos, lo que se conseguirá mediante calefacción, suelos térmicos, lámparas infrarrojas o bolsas de agua caliente. El nido ha de mantenerse limpio, ya que especialmente en los primeros días los cachorros defecarán y orinarán sobre el lecho, y si no se limpia puede ser origen de infecciones umbilicales o cutáneas, que pueden llegar a ser mortales.

Es fundamental asegurarse que toda la camada tiene acceso al calostro que es una leche especial que segrega la perra en las 48 horas siguientes al parto, ya que servirá para evitar muchas infecciones hasta los tres meses de vida, tiempo en el que desaparecen los anticuerpos calostrales de la sangre de los cachorros.

Por otro lado, hemos de ver que en el transcurso de la lactación todos los cachorros están bien alimentados. De esta forma, si la camada es muy numerosa, la perra no tuviera leche suficiente u observáramos que parte de los cachorros gimotean con frecuencia, debemos recurrir a ayudarlos con leches maternizadas, fáciles de conseguir en cualquier tienda especializada. De todas formas, en muchas ocasiones a pesar de que las atenciones recibidas son correctas es habitual perder parte de las camadas, especialmente las que son consecuencias de partos muy largos o con gran número de cachorros, teniendo presente que las razas miniatura son especialmente sensibles a la hipotermia y a la hipoglucemia por lo que hay que tener especial cuidado con las condiciones ambientales y con el número de tomas de leche de cada cachorro.

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